“Abel Azcona es el más claro ejemplo de superación del dolor a través del arte, un logro tremendamente complicado.”
— Masha Alekhina, Pussy Riot.
 

Entrevista íntima-personal al artista Abel Azcona realizada por Masha Alekhina, miembro en activo de Pussy Riot. 

La artista y activista Masha Alekhina fue encarcelada veintiún meses en una colonia penitenciaria en los Montes Urales. El 21 de febrero de 2012, Pussy Riot interpretó la performance-canción protesta “Punk Prayer” en el interior de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, Rusia. Tanto la acción performativa como la letra de la canción instaba a la “Virgen María, Madre de Dios” a “convertirse en feminista”. Poco después fueron perseguidas y detenidas. 

  • Las creaciones de Pussy Riot y de Abel Azcona tienen denominadores en común. ¿Qué es “Riot” para ti?, ¿Cuándo fue tu primera vez en vincularte a este término?

Sinceramente escuché este termino por primera vez en vosotras, conocía el término en inglés, pero no lo relacionaba con el arte. La traducción en inglés sería motín, alboroto o enfrentamiento. Muchos medios me han relacionado con vosotras a lo largo de estos años de creación, pero creo que venimos de prismas diferentes. Ya cuando os conocí hace años, tuve la oportunidad de invitaros a exponer en España y os pude comisariar y compartir procesos creativos, las conexiones se hicieron mayores. Evidentemente seguí diariamente cada uno de los días que pasasteis en prisión, y empaticé con todo ello, al ser perseguido y juzgado en diferentes ocasiones por mis obras en los diferentes tribunales europeos. Desde el principio he decidido que mis creaciones sean radicales y provocativas, creo que es una responsabilidad política y social de los artistas de mi época. La idea del arte, como acto sublime, como resultado estético es caduca. Creo que es la hora de repensar cada obra de arte como una herramienta social, crítica y política. Como un arma, como un enfrentamiento. En eso coincido con vosotras, en entender al artista como un creador con el puño en alto.

  • Las obras de Pussy Riot y de Abel Azcona pueden plantearse como radicales. En tu primera acción relacionada con la rebeldía, ¿te sentiste bien?

Creo que los artistas debemos ser radicales como principio. El arte contemporáneo debe ser critico, social y político. Todos mis procesos creativos tienen una parte de rebeldía y de provocación. Creo en un arte creado para que el espectador reaccione. Hay que obligar al visitante a posicionarse y utilizar el arte como herramienta catártica y transformadora. 

  • Las piezas de Pussy Riot y de Abel Azcona siempre han sigo perseguidas o censuradas. Ahora mismo, ¿Te sientes preparado para aguantar una presión continua del Estado contra tu arte?

Vivo diariamente presionado por cada pieza que creo, no solamente por el Estado, sino sobre todo por movimientos como Partidos Políticos o Religiones. He aprendido a recibir amenazas diariamente, detenciones o largos procesos judiciales. Hasta tal punto que entiendo estos procesos como parte de la obra. Los artistas estamos perseguidos más que nunca, y muchos de nosotros terminamos en prisión. La libertad de expresión está mas en peligro que nunca.

  • ¿Qué es para ti ser un héroe o una heroína?

No creo demasiado en este tipo de figuras o construcciones sociales. Creo que cada uno debe ser su propio referente. Aprender a conocerse y reconstruirse a uno mismo.

  • ¿Quién sería para ti un héroe?

Como he dicho anteriormente no creo en ese tipo de figura. Aún y todo existen artistas a las que respeto. Todas ellas mujeres, feministas y latinoamericanas.

  • Las obras de Pussy Riot y Abel Azcona muchas veces son incomprendidas. Si yo te preguntará refiriendonos a tu obra, ¿qué es esta mierda?, ¿te sentirías ofendido?, ¿estarías preparado para responder?

Creo que tildar una obra de mierda es totalmente legítimo. De hecho es una forma muy adecuada para describirla en diversas ocasiones. Yo mismo empleo esa palabra cuando varios críticos no consiguen definirla. Creo en el arte procesual, y al ser procesos, son tan abiertos, como criticables u opinables. Si los cien visitantes en una galería salen opinando que han presenciado una mierda, creo que no hay acción más política, estaría abrumado de esta crítica tan positiva. En mi caso nunca me siento ofendido, siempre el ofendido es el espectador, formando parte de mi obra sin ser consciente.

  • Las piezas de Pussy Riot y Abel Azcona tienen en común la búsqueda de reacción del público con un espíritu crítico. ¿Consideras que el espectador es importante en tus procesos creativos, o simplemente crees en el arte como una forma de autoexpresión donde el espectador es prescindible?

Mis primeras obras eran más personales, las entendía más como una búsqueda personal. Es verdad que con los años, los procesos catárticos individuales se han vuelto conscientemente colectivos. Algo que no sólo he asumido sino que he potenciado. No sólo involucrando al espectador dentro de la obra de forma consciente, sino también inconscientemente. Las obras más polémicas, con denuncias, agresiones o manifestaciones, convertían a los manifestantes en artistas, y de esta forma formaban parte de la obra de forma permanente. No existirían las obras sin ellos. Son parte vital de las obras.

  • La obra de Abel Azcona y de Pussy Riot es política. ¿Es importante y necesario el contexto político para ti?

Si la obra de un artista no es política, no es arte. No entiendo el arte contemporáneo de otra forma. Deber ser social. Deber ser crítico. Debe ser político. Cada obra debe ir de la mano de su discurso. Creo que muchas veces soy más político que artista, y al revés. 

  • Abel Azcona y Pussy Riot son artivistas, activistas y artistas. ¿Crees que es necesario que la sociedad te trate como “artista”? ¿Tienes una educación especial o concreta para ello?

No creo que sean importante en este caso las definiciones. Es más importante la proyección de uno mismo, en relación directa con su “crear”. Considero que al haber vivido rodeado de tanta destrucción tengo la necesidad de crear, siempre con un espíritu crítico y resiliente. Aquí está la clave. El resto de definiciones son ajenas a mi.

  • ¿Todas tus piezas son personales, o has creado obras por encargo o para alguna causa especial?

Suele ser coherente, o por lo menos lo intento. Siempre que creo una obra tiene una conexión biográfica o experiencial. No creo nada por petición ajena o por contrato. Todos mis procesos creativos nacen desde mi necesidad de exploración y de denuncia. Nunca crearé una obra en la que no me sienta cómodo. Siempre crearé obras subversivas, críticas y que reúnan mi ideario.

  • ¿Crees que la creatividad es la sublimación del amor o la violencia?

Considero que la destrucción se reconstruye con creación. Por lo que convertir o reconvertirnos en el proceso puede considerarse un acto creativo en sí. En mi caso mi vida estuvo protagonizada por violencia y ahora el arte es el protagonista. 

  • ¿Crees que tus acciones son necesarias para alguien más?

Nacen por necesidad personal. Creo en la catarsis colectiva. Pero desde luego, no desde una visión tan vanidosa.

  • ¿Podrás parar de crear algún día?

Creo que el día que muera, las obras procesuales permanecen abiertas, estarán más vivas que nunca. Mi cuerpo es lo de menos. La idea prevalecerá.

  • ¿Eres libre?

No. Me obligaron a nacer. Mi madre intento abortar y nací obligatoriamente. Nunca podré ser libre. Conservo algo del dignidad al poder preservar mi espíritu critico a la hora de crear hasta el día de mi muerte.

  • ¿Crees que el talento es un don, o el algo que se va adquiriendo?, ¿consideras que hay que compartirlo?

Yo nací como objeto político, sufrí abusos y maltrato. Y creo en el arte como herramienta crítica, de autoconocimiento y de supervivencia. Esto es todo lo que sé.

  • La obra de Pussy Riot y Abel Azcona ha sido perseguida hasta los tribunales o prisión. ¿Qué reacción es más importante para ti, la de las autoridades o el estado o la de la gente común?

Considero que todo es importante, de hecho ambas llegan paralelamente. Como he dicho en múltiples ocasiones, precisamente en muchas de las obras, son estas reacciones las que construyen y otorgan de sentido muchos de estos procesos creativos. Si creo una obra en la que la base es la denuncia al fundamentalismo religioso, un ataque directo por parte de fundamentalista o la Iglesia, le otorga un sentido directo a la pieza, que sin ningún tipo de reacción, esta no tendría.

  • ¿Crees que una persona que crea una pintura o escribe una canción ya se convierte automáticamente en artista?

Creo que todos y todas somos creativos, creo que definir quien o quien no es artista, no es mi responsabilidad ni me interesa. 

  • ¿El espectador necesita conocimientos especiales para entender tu obra?

Es diferente entender, comprender o ser parte. Cualquier persona puede ser parte al sentirse escandalizada, al odiarme, al denunciarme o al salir transformada del museo o la galería. O incluso de sus propias casas. Otros visitantes en cambio, comparten un proceso de empatía donde acaban formando parte de una forma activa y consciente. Es tan enriquecedor que aprendo más de ellas, que del proceso creativo en si. Sigo creyendo en el arte como un proceso colectivo de aprendizaje mutuo.

  • ¿Tienes alguna creación íntima, es decir, una pieza que quieras encerrar en un armario y no mostrársela a nadie?

Algunas veces he iniciado algún proceso creativo íntimo. Pero siempre todos ellos han acabado en una galería de arte, un museo o en la calle. De hecho todos los procesos artísticos empiezan así. En ocasiones duran años hasta ser públicos y compartidos. Las búsquedas personales acaban por necesidad siendo colectivas.

  • Tu obra y tu historia puede llegar a ser eterna, ¿es algo buscado?

Quiero que permanezcan las ideas, quiero que mi obra consiga cambios. Mi vida surgió de forma involuntaria y como acto político. Moriré de forma voluntaria y como acto político, lo demás es prescindible.

  • Si algún día tuvieras un hijo, ¿cual seria la primera obra de arte que le enseñarías?

Nunca tendría un hijo. Siempre he dicho que yo no debería haber nacido, y consecuentemente desde la misma premisa, no sería responsable por mi parte y me contradeciría a mi mismo. Creo que toda mi obra es para todo el mundo, y muchas de mis exposiciones son visitadas por niños. Además muchas performance y procesos creativos como Memoria Deconstruida los protagonistas son ellos.