Final cycle of Empathy and Prostitution by artist Abel Azcona at Box 13 in Houston, United States. As part of the opening of the Houston International Performance Art Festival. Ciclo final de Empathy and Prostitution del artista Abel Azcona en Box 13 de Houston, Estados Unidos. En el marco de la inauguración de Houston International Performance Art Festival.
Empathy and Prostitution is an artistic piece designed, developed and performatized by the artist Abel Azcona in the cities of Bogotá, Madrid and Houston. Three clearly differentiated cycles, carried out in Colombia, Spain and the United States during the years 2013 and 2014. The first cycle of the project was conceived and carried out at the Santa Fé Gallery in Bogotá, in February 2013. The second cycle in Madrid by the hand of the Factoría de Arte y Desarrollo Gallery on the occasion of Room Art Fair Madrid. On this occasion Empathy and Prostitution was held there two consecutive days in the month of November 2013. The third and last stage of the piece was held in February 2014 as the inaugural piece of the Houston International Performance Art Biennale, United States.
Empatía y Prostitución es una pieza artística diseñada, desarrollada y performatizada por el artista Abel Azcona en las ciudades de Bogotá, Madrid y Houston. Tres ciclos claramente diferenciado, realizadas en Colombia, España y Estados Unidos durante los años 2013 y 2014. El primer ciclo del proyecto fue gestado y realizado en la Galería Santa Fé de Bogotá, en febrero de 2013. El segundo ciclo en Madrid de la mano de la Galería Factoría de Arte y Desarrollo con motivo de Room Art Fair Madrid. En esta ocasión Empatía y Prostitución se realizó allí dos días consecutivos en el mes de noviembre de 2013. La tercera y última etapa de la pieza se realizó en Febrero de 2014 como pieza inaugural de Houston International Performance Art Biennale, Estados Unidos.
A bond formed by nickel and aluminum is still a bond. The tingling of the coins in the pocket of the pants precedes the contact, such as a mother shakes a rattle to calm his child before embracing it. When dropping them on the table they glimmer with the lights of the candles spread all over the room, such as the little lamp the mother leaves switched on so that his child isn’t afraid, so that he knows she’s at the other side of the door.
Being born from the womb of a prostitute, being conceived by mistake and with a price, renders any motherly connection hard. The rejection during gestation and the abandonment after birth renders it impossible. Abel Azcona uses art as a catharsis against a life stablished on mistakes and wrong decisions by others. In his work, the figure of an absent biological mother, a prostitute who shouldn’t have gotten pregnant, is a point of inflection on which self-knowledge begins, a thought about a life where maltreatment and sexual abuse has marked his current status of apathy and social mistrust. In this project, that he developed for the first time at a gallery in Colombia, secondly in a contemporary art fair in Madrid, and for the third time at the Houston international biennale, looks for establishing a bond with his biological mother trough prostitution, and idea the adolescent Azcona already glimpsed when he used sex as a tool to empathize with her.
One hundred colombian pesos, an euro or a dollar in exchange of three minutes, in this landscape we find the artist naked and laying on a bed. Three minutes during which his body shall be property of whoever wants it and pays for it, three minutes in which a forced bond is the only possible bond. Flourishing in a belly property of the highest payer, being the result of an encounter between strangers whose only link comes out of a wallet, makes a handful of coins and a body offered as an (a)sexual object the mean of connection.
A wrecked body that isn’t able to find a bond if it’s not trough impositions, that is unaware of the process of unity and natural empathy when being raised as a projection of someone else’s wishes. The reproduction of his own process of conception, of the circumstances and emotions that intervened, are the way in which Azcona establishes that empathic connection with his biological mother.
An action where the viewer leaves his passive role behind and triggers the action on the artist, now an object. An experience that reveals the repressed desires, lacks, and empathy of those who buy a body hoping it will help them find their own bonds.
Néstor Llopis, Curatorship and History of Art. Universitat de València.
Un vínculo formado de níquel y aluminio no deja de ser un vínculo. El sonido de las monedas en el bolsillo de un pantalón precede al contacto, como el sonajero que mueve una madre para calmar a su hijo antes de estrecharlo entre sus brazos. Al dejarlas caer sobre la mesa reflectan la luz de las velas que hay repartidas por la habitación, como la lamparilla que deja encendida la madre para que su hijo no tenga miedo, para que sepa que está al otro lado de la puerta.
Nacer del vientre de una prostituta, haber sido concebido por error y bajo un precio, dificulta cualquier conexión materna. El rechazo durante la gestación y el posterior abandono la imposibilita. Abel Azcona utiliza el arte como catarsis ante una vida establecida a partir de errores y malas decisiones ajenas. En su trabajo la figura de una madre biológica ausente, una prostituta que no debió quedarse embarazada, es el punto de inflexión a partir del cual comenzar un proceso de autoconocimiento, una reflexión acerca de una vida en la que el maltrato y los abusos sexuales han marcado su actual estado de apatía y recelo social. En este proyecto, que desarrolla por vez primera en una galería colombiana, por segunda vez en una muestra de arte contemporáneo en Madrid y por vez tercera vez en la Bienal Internacional de Houston busca establecer un vínculo con su madre biológica mediante la prostitución, idea que ya atisbaba el Azcona adolescente quien empleaba el sexo como mecanismo para empatizar con la misma.
Cien pesos colombianos, un euro o un dólar por tres minutos, con esta premisa encontramos al artista desnudo y tendido sobre una cama. Tres minutos en los que su cuerpo será propiedad de quien lo quiera y pague por él, tres minutos en los que crear un vínculo forzado es la única posibilidad de vínculo. Desarrollarse en un vientre propiedad del mejor postor, ser el resultado de un encuentro entre desconocidos cuyo nexo parte de una billetera, convierte un puñado de monedas y un cuerpo ofrecido como objeto (a)sexual en el medio de conexión. Un cuerpo atrofiado que no es capaz de encontrar vínculo alguno si no es mediante imposiciones, que desconoce el proceso de unión y empatía natural al ser educado como catalizador de deseos ajenos. La reproducción de su proceso de concepción, de las circunstancias y emociones que en él intervinieron, son el modo en el que Azcona establece esa conexión empática con su madre biológica.
Una acción en la que el espectador prescinde de su rol pasivo e interviene sobre un artista convertido en objeto. Una experiencia que revela los deseos reprimidos, carencias, y empatía de quienes compran un cuerpo esperando de él encontrar su propio vínculo.
Néstor Llopis, Curaduría e Historia del arte. Universitat de València.
The documentation, the file and the physical installation of each of the three stages of Empathy and Prostitution, throughout 2013, 2014 and 2015 generated different exhibitions and instalations in cities such as Pamplona, Madrid, Paris, Tirana, Bogotá, Ciudad de Mexico, New York or Houston. The photographic result was one of the protagonists at the international Art Is Hope event in Paris, with the work by artist Abel Azcona exhibited at the Palais de Tokyo in 2013, at PIASA in 2015 and at the Galerie Perrotin in 2016. Empathy and Prostitution was also the image of the Queer International Arts Festival in New York in 2014 and exhibited at Leslie Lohman Museum, where it is part of the permanent collection.
That same year it was part of a charity exhibition in New York and subsequent auction at Paddle8 with artists such as Keith Haring, Robert Mapplethorpe, Andy Warhol, Nan Goldin or Louise Bourgeois. At Tulla Center in Tirana, the project was exhibited with the artist's participation in the installation, an exhibition with great affluence and some controversy in the capital of Albania. The completed project, consisting of photographs, videos and installations, formed part of the retrospective exhibition dedicated to the artist in Pamplona in 2015 and in the two retrospective exhibitions La Línea de Tu Espalda in Museari, Museu del Imaginari and La Extinción del Deseo, about sexual-themed projects at La Juan Gallery in Madrid in 2017.
La documentación, el archivo y las instalaciones físicas de cada una de las tres etapas de Empatía y Prostitución, a lo largo del 2013, 2014 y 2015 generaron diferentes exposiciones e instalaciones en ciudades como Pamplona, Madrid, París, Tirana, Bogotá, Ciudad de México, Nueva York o Houston. El resultado fotográfico fue uno de los protagonistas en el evento internacional Art Is Hope en París, con la obra del artista Abel Azcona expuesta en Palais de Tokyo en el año 2013, en PIASA en 2015 y en la Galerie Perrotin en 2016. Además Empatía y Prostitución fue imagen del Festival Internacional Queer International Arts Festival de Nueva York en el año 2014 y expuesto en Leslie Lohman Museum donde forma parte de la colección permanente. El mismo año fue parte de una exposición benéfica en Nueva York y posterior subasta en Paddle8 junto a artistas como Keith Haring, Robert Mapplethorpe, Andy Warhol, Nan Goldin o Louise Bourgeois. En Tulla Center en Tirana, el proyecto fue expuesto con la participación del artista en la instalación, exposición con gran afluencia y cierta polémica en la capital de Albania. El proyecto concluido, compuesto por fotografías, videos e instalaciones formó parte de la exposición retrospectiva dedicada al artista en Pamplona en el año 2015 y en las dos muestras retrospectivas La Línea de Tu Espalda en Museari, Museu del Imaginari y La Extinción del Deseo en torno a proyectos de temática sexual en La Juan Gallery de Madrid en el año 2017.
Fotografía Empatía y Prostitución en Madrid: Rafael Gavalle.
Photography Empathy and Prostitution in Madrid: Rafael Gavalle.
Abel Azcona tries to find through his work the connection with a prostitute mother who abandoned him at birth, who condemned him to a life full of traumatic events and for which he has developed an apathetic personality and a lack of emotional ties. A woman who represents the spoils of a sick society, who sells her body and whose survival parallels drug use. A child who grew up in an environment of abuse and mistreatment, and who only when reproducing these situations meets his anecdotally incorrupt infantile self. In this project he tries to empathize with the moment of his conception, a fortuitous and uprooted moment as a result of a meeting amongst many.
We can find him completely naked in the center of what is his room during this time, an intimate room open to the public within the gallery. In addition to the room, he totally opens his own self, naked and weak, to the viewer. The artist at the beginning of the performance, without clothes, in a fetal position and waiting between white sheets, is fragile and innocent while dozens of people observe him and pass by his body leaving their mark. Violence, sex and affection in the hands of strangers caress the artist's body.
Artist Abel Azcona, throughout his extensive artistic creation and his own life, has always had direct contact with prostitution. Azcona was created as a result of a prostitution relationship with an unknown father and against the shadows created by the artist himself about the figure of his biological mother, he sometimes uses the exploration of prostitution within his artistic work as a tool for empathy towards his own biological mothers' real feelings and the moment of gestation of the artist himself. In order to understand his work, it is necessary to take into account Abel Azcona's inability to establish real bonds and his use of the body, all this increased by a personality disorder that he artistically displays, elaborates and builds through this work.
A living installation made up of a bed of white sheets, a hundred candles and two red roses, representing her two mothers, make the darkened room light up. Heat and tension could be felt in a room full of strangers in the Santa Fé Gallery in Bogotá, in the Factoría de Arte y Desarrollo in Madrid and in Box13 Space in Houston. From the bed he challenges the viewer to stop being one, and to form part of the artistic work with him. Abel Azcona gives his body to the viewer, making the viewer the true “performer” and Azcona one more element of the living installation.
With this change of roles, Azcona seeks empathy, in addition to with her mother, with the viewer himself and a construction of a link in a different way and through the purchase of the artist himself for the use of the viewer.
Abel Azcona trata de buscar mediante su trabajo la conexión con una madre prostituta que le abandonó al nacer, que le condenó a una vida plagada de sucesos traumáticos y por la que ha desarrollado una personalidad apática y carente de vínculos afectivos. Una mujer que representa los despojos de una sociedad enferma, que vende su cuerpo y cuya supervivencia es paralela al consumo de drogas. Un niño que creció en un entorno de abusos y malos tratos, y que únicamente cuando los reproduce se encuentra con su yo infantil anecdóticamente incorrupto. En este proyecto trata de empatizar con el momento justo de su concepción, instante fortuito y desarraigado fruto de un encuentro entre muchos. Lo encontramos completamente desnudo en el centro de la que es su habitación durante este tiempo, una estancia íntima abierta al público dentro de la galería. Además de la estancia, abre totalmente al espectador su propio yo, desnudo y débil. El artista al inicio de la performance, sin ropa, en posición fetal y esperando entre sábanas blancas, se muestra frágil e inocente mientras decenas de personas le observan y pasan por su cuerpo dejando huella. Violencia, sexo y cariño en manos de desconocidos acarician el cuerpo del artista.
El artista Abel Azcona a lo largo de su amplia creación artística y de su propia vida, ha tenido siempre un contacto directo con la prostitución. Azcona fue gestado a raíz de una relación de prostitución con padre desconocido y ante los fantasmas creados por el propio artista sobre la figura de su madre biológica, en ocasiones utiliza la exploración de la prostitución dentro de su obra artística como herramienta de empatía con los sentimientos reales de su propia madre biológica y del momento de gestación del propio artista. Para comprender su trabajo es necesario tener en cuenta la incapacidad de Abel Azcona para establecer vínculos reales y su empleo del cuerpo, todo ello acrecentado por un trastorno de personalidad que muestra, elabora y construye artísticamente a través de esta obra.
Una instalación viva compuesta por una cama de sábanas blancas, cien velas y dos rosas rojas, que representan a sus dos madres, hacen que la sala en penumbra se ilumine. Se respiraba calor y tensión en una sala llena de desconocidos en la Galería Santa Fé de Bogotá, en la habitación de Factoría de Arte y Desarrollo en Madrid y en Box13 Space en Houston. Desde la cama lanza el reto al espectador de dejar de serlo, y forma parte junto a él, de la obra artística. Abel Azcona cede su cuerpo al espectador, consiguiendo que el espectador sea el auténtico “performer” y Azcona un elemento más de la instalación viva. Con este cambio de roles, Azcona busca la empatía, además de con su madre, con el propio espectador y una construcción de un vínculo de una forma diferente y mediante la compra del propio artista para la utilización del espectador.
Empathy and Prostitution in his first stage in Bogotá was characterized by the experimental nature of the piece, an Abel Azcona that for the first time was delivered to the public in such an open and extreme way. Since he was unaware of what was going to happen in the project itself, the artist offered himself to the public completely naked in a bed made of mattresses on which Azcona himself slept during his confinement in the Santa Fé Gallery. Somehow the artist opened his own room for the public to inhabit it next to his body. More than five hundred people passed through the room and many of them inhabited the space permanently during the one hundred and twenty minutes of the artist's performance installation.
The heat in the room was palpable due to the small size of the space and the hundred candles that the artist himself had lit prior to the performative experience. In the Santa Fé Gallery in Bogotá, thirty-nine people accessed Abel Azcona's body. Thirty-two women and seven men, mostly of Colombian nationality. The first fifteen minutes the artist waited patiently in bed, until the first spectator dared to deposit a hundred pesos and lie down next to the artist. This first spectator hugged and caressed Azcona during the three allowed minutes upon payment of one hundred Colombian pesos. Until the third spectator nobody kissed the artist, it was he who kissed the artist and let the artist caress and kiss his entire body. From it, a change began in all the spectators and a much greater interest was perceived in sharing three minutes of intimacy with the artist. At that time, several standing spectators deposited their hundred pesos and waited, awaiting their turn, for the time when they would have to access the artist's bed surrounded by candles that not only illuminated the dark space, but also filled it with a special energy.
Between the thirty-nine people who shared Abel Azcona's body, a small conflict was created dividing the spectators who cared for him and the spectators who mistreated him. Generally when a spectator mistreated the artist, with strong sexual practices, physical assaults, from candle burns, to spanking with the belt or his own hand, another spectator immediately came to take care of him. Several spectators cradled, sang or cried hugging Azcona as they lived this experience in their own flesh. A great tension was breathed in the environment. Naked spectators who decided to undress among the public and sing a song of sanction and protection by and for the artist. Others who only observed from a sexual attraction and from a morbid state, which strangely the majority did not perceive commenting that Abel Azcona offered himself more as an abandoned boy, than as an object of desire that male prostitution exercised. Many viewers chose to share the three minutes with the artist completely naked, in order to be able to take advantage of caresses, kisses, masturbation or penetration in a more direct and quick way. The room smelled of sex, sweat and the strong smell of burned wax as the minutes passed. Discussions in the gallery blaming each other for the mistreatment of the artist, or for having shared with him more than the statutory three minutes were repeated. What made the scene show us more crudely, what is hidden of each human being.
Fotografía Empatía y Prostitución en Bogotá: Sebastián Cruz.
Photography Empathy and Prostitution in Bogotá: Sebastián Cruz.
Empatía y Prostitución en su primera etapa en Bogotá se caracterizó por lo experimental de la pieza, un Abel Azcona que por primera vez se entregaba al público de una forma tan abierta y extrema. Desde el desconocimiento de lo que iba a suceder en el propio proyecto, el artista se ofreció al público completamente desnudo en una cama realizada con colchones en los que el propio Azcona dormía durante su encierro en la Galería Santa Fé. De alguna forma el artista abría su propia habitación para que el público la habitara junto a su cuerpo. Por la habitación pasaron más de quinientas personas y muchas de ellas habitaron el espacio de forma permanente durante los ciento veinte minutos de duración de la instalación performativa del artista. El calor de la habitación era palpable debido al reducido tamaño del espacio y a las cien velas que el propio artista había encendido previamente a la experiencia performativa. En la Galería Santa Fé de Bogotá treinta y nueve personas accedieron al cuerpo de Abel Azcona. Treinta y dos mujeres y siete hombres, en su mayoría de nacionalidad colombiana. Los primeros quince minutos el artista aguardo pacientemente en la cama, hasta que la primera espectadora se atrevió a depositar cien pesos y tumbarse junto al artista. Esta primera espectadora abrazo y acarició a Azcona durante los tres minutos permitidos previo pago de cien pesos colombianos. Hasta la tercera espectadora nadie beso al artista, fue ella quien beso al artista y dejo que el artista acariciara y besara todo su cuerpo. A partir de ella comenzó un cambio en todos los espectadores y se percibió un interés mucho mayor en compartir tres minutos de intimidad con el artista. En ese momento varios espectadores en pie, depositaron sus cien pesos y esperaron aguardando su turno el momento en que les tocará acceder a la cama del artista rodeada por velas que no solo iluminaban el oscuro espacio, sino que también le llenaban de una energía especial.
Entre las treinta y nueve personas que compartieron el cuerpo de Abel Azcona, se creó un pequeño conflicto dividido entre los espectadores que lo cuidaban y los espectadores que lo maltrataban. Generalmente cuando un espectador maltrataba al artista, con fuertes prácticas sexuales, agresiones físicas, desde quemaduras con velas, hasta azotamientos con el cinturón o la propia mano, otro espectador seguidamente acudía a cuidarle. Varias espectadoras le acunaba, le cantaban o lloraban abrazadas a Azcona al vivir esta experiencia en su propia carne. Una gran tensión se respiraba en el ambiente. Espectadores desnudos que decidieron desnudarse entre el público y entonar un cántico de sanción y protección por y para el artista. Otros que únicamente observaban desde una atracción sexual y desde un morbo, que extrañamente la mayoría no percibía comentando que Abel Azcona se ofrecía más como un niño abandonado, que como un objeto de deseo que ejercía la prostitución masculina. Muchos espectadores optaron por compartir los tres minutos con el artista completamente desnudos, con el fin de poder aprovechar, las caricias, los besos, la masturbación o la penetración de una forma más directa y rápida. La estancia conforme pasaban los minutos, olía a sexo, sudor y al fuerte olor de la cera quemada. Discusiones en la galería culpándose unos a otros por el maltrato al artista, o por haber compartido con él mas de los tres minutos reglamentarios se repetían. Lo que hacía que la escena cada vez nos mostrará con más crudeza, lo escondido de cada ser humano.
The first stage of the Empathy and Prostitution artistic project, held at the Santa Fé Gallery in Bogotá, was curated by Colombian curator Viviana Cárdenas, Director of Education at the Museum of Modern Art of Bogotá and historian in contemporary art, along with the support of the Cuban curator Adrián Gómez and the Colombian Gustavo Villa, responsible for the "Habitaccion" project (a project where artist Abel Azcona shared residence and creation processes with other Colombian artists) at the Santa Fé Gallery in Bogotá, belonging to IDARTES, Ministry of Culture of Colombia, Bogotá, 2013.
La primera etapa del proyecto artístico Empathy and Prostitution, realizada en la Galería Santa Fé de Bogotá, fue comisariada por la curadora colombiana Viviana Cárdenas, Directora de Educación del Museo de Arte Moderno de Bogotá e historiadora en arte contemporáneo, junto al apoyo del comisario cubano Adrián Gómez y el colombiano Gustavo Villa, responsables del proyecto "Habitaccion" (proyecto donde el artista Abel Azcona compartió residencia y procesos de creación junto a otros artistas colombianos) en la Galería Santa Fé de Bogotá, perteneciente a IDARTES, Ministerio de Cultura de Colombia. Bogotá, 2013.
El artista Abel Azcona en el mes de febrero de 2013 permanece encerrado en la Galería Santa Fé de Bogotá. Participante dentro del proyecto Habitacción realizado en la Galería Santa Fe de Bogotá, el artista español Abel Azcona es invitado a habitar el espacio de la galería y asume su rol de habitante desde la postura de un sujeto activo y transformador, bajo la disposición de compartir desde la práctica artística diferentes perspectivas. Se integra a un grupo de artistas que habita el espacio por el término de 4 días y 3 noches en el cual se establecen relaciones entre sí y el público visitante; cada cual asume su rol artístico y personal desde su perspectiva y quehacer. El artista inicia con esto un proceso de aproximamiento a un entorno diferente y emprende un reconocimiento de un país y una cultura ajena a lo suyo. Por medio de su obra, constantemente busca acercamientos a sus raíces y sus heridas y a partir de ahí lo ofrece al público. Durante su residencia en la Galería permite permear su espacio y se acerca y establece vínculos y relaciones interpersonales. Dentro de su cabeza como una impronta reposa siempre la frase “Si mi madre me abandona, quién no me va a abandonar”. Empathy and prostitution hace parte de un proceso de exploración permanente en que el artista busca empatizar con su madre biológica: una prostituta que derrotada en su deseo de abortar abandona al niño nacido prematuramente en un hospital de Madrid. En su necesidad de exploración de vínculos, el artista busca establecer relaciones con los visitantes y es através de la prostitución como busca comprender sensaciones y reacciones que pudo tener su madre en el momento de sus concepción. Impregnado por los conceptos personales que rondan y estimulan su proceso creativo, Azcona prepara el escenario que está habitando para ofrecerse al público. Su cuerpo: desnudo y postrado sobre una cama, es objeto dispuesto a ser parte de una transacción.
A partir de entonces el artista posibilita una ruptura de distancia entre él y el espectador, su cuerpo como parte de esa imagen creada busca ejercer un impacto que desencadene una lectura y deseo del asistente por involucrarse. El espectador deja de ser un observador e interviene al verse confrontado con la situación estética, quizás fascinado por la imagen, quizás identificado con la situación y de manera activa co-construye la obra y ésta toma vida. Por su cama pasan diversas personas dispuestas a tener un contacto con el artista e intimar con él.
El inmenso abanico de posibilidades que ofrecen las relaciones humanas hacen presencia por disposición del visitante y el artista asume su situación de prostitución; el artista escucha, hace parte de un intercambio de caricias, besos y relaciones de tipo sexual, es agredido física y verbalmente, e incluso es protagonista de actos curativos que generan una atmósfera mística en el escenario. Durante las dos horas que dura la acción en la que el artista busca empatizar con su madre: comprender e identificarse con sus sensaciones, solo él conoce y comprende la resolución de su intención. Sin embargo resulta concluyente que la acción permite involucrar al público de tal manera que es él quien logra empatizar con el artista en diversos niveles.
Artist Abel Azcona in February 2013 remained locked up in the Santa Fé Gallery in Bogotá. Participant in the Habitacción project carried out in the Santa Fe Gallery in Bogotá, the Spanish artist Abel Azcona was invited to inhabit the gallery space and assumed his role as inhabitant from the position of an active and transforming subject, under the disposition to share different perspectives from artistic practice. He is integrated into a group of artists who inhabit the space for a term of 4 days and 3 nights in which relationships are established between themselves and the visiting public; each one assumes his artistic and personal role from his perspective and task.
The artist begins with this a process of approaching a different environment and undertakes a recognition of a country and a culture alien to his own. Through his work, he constantly seeks approaches to his roots and his wounds and from there on offers it to the public. During his residence in the Gallery, he allows his space to permeate and approaches and establishes interpersonal ties and relationships. Inside his head like an imprint always lies the phrase "If my mother abandons me, who will not abandon me".
Empathy and prostitution is part of a permanent exploration process in which the artist seeks to empathize with his biological mother: a prostitute who, defeated in her desire to abort, abandons the child born prematurely in a Madrid hospital. In his need to explore links, the artist pursues to establish relationships with visitors and it is through prostitution that he seeks to understand feelings and reactions that his mother may have had at the time of his conception. Impregnated by the personal concepts that haunt and stimulate his creative process, Azcona sets the stage he is inhabiting to offer himself to the public.
His body: naked and bedridden, he is an object willing to be part of a transaction. From then on, the artist makes a gap between him and the viewer possible, his body as part of that created image seeks to have an impact that triggers an understanding and the assistant's desire to get involved. The spectator ceases to be an observer and intervenes when confronted with the aesthetic situation, perhaps fascinated by the image, perhaps identified with the situation and actively co-constructs the work and it comes to life. Various people pass through his bed, ready to have contact with the artist and become intimate with him.
The immense range of possibilities offered by human relations make their presence available to the visitor and the artist assumes his prostitution situation; the artist listens, is part of an exchange of caresses, kisses and sexual relationships, is physically and verbally attacked, and is even the protagonist of curative acts that generate a mystical atmosphere on stage.
During the two hour action in which the artist seeks to empathize with his mother: to understand and identify with her feelings, only he knows and understands the resolution of his intention. However, it is conclusive that the action allows the public to be involved in such a way that it is them who manage to empathize with the artist on various levels.
The second stage carried out at Room Art Fair along with Factoría de Arte y Desarrollo was curated by specialist in new stage media with extensive training and publications in the fields of education, humanities, literary theory and theater, curator Elvira Ramos, within her doctorate in Poetic and Scenic Research, together with the support of the contemporary art specialist and curator Ignacio Tejedor, responsible and curator of the exhibition space of Factoria de Arte y Desarrollo at Room Art Fair in Madrid.
La segunda etapa realizada en Room Art Fair junto a Factoría de Arte y Desarrollo fue comisariada por la especialista en curaduría en nuevos medios escénicos con amplia formación y publicaciones en los ámbitos de la educación, las humanidades, la teoría literaria y el teatro, Elvira Ramos, dentro de su doctorado en Investigación Poética y Escénica, junto al apoyo del especialista en arte contemporáneo y comisario Ignacio Tejedor, responsable y comisario del espacio expositivo de Factoria de Arte y Desarrollo en Room Art Fair en Madrid.
Luis Cernuda decía que el deseo es algo cuya respuesta no existe. El dolor podría ser una de esas inexistentes respuestas, sobre todo el dolor de alguien que vive con el estigma de su origen como único hilo argumental de su vida. Abel Azcona, consciente de que su vida, que no su trayectoria vital, fue un error consumado por madre prostituta y su progenitor desconocido, nos invita, en “Empathy and Prostitution” , a comprender que los errores siempre son abonados aunque no necesariamente en primera persona.
La acción performativa a la que asistí, abrió y cerró un círculo de sexo a cambio de la “no soledad”, que sentimos todos en algún momento de nuestras vidas, y que es lo que considero, que subsanan las prostitutas, a parte de con su cuerpo, con la compañía que proporcionan. Además, me consta, que no siempre hay consumación física sexual, por tanto, se confirma mi teoría de que el sexo, no es sino un complemento más de todas las necesidades que cubren con su trabajo. Y de ahí, mi atrevimiento a dar un nuevo nombre a la “compañía femenina”, a la búsqueda del vínculo, con el propio yo por medio de otro. El recibimiento que hacía el artista, no era sino un prólogo y epílogo del dolor de vivir marcado para siempre. La desnudez, tendida y limpia de simbolismo, con la que se presenta, como una pintura renacentista, muestra la fractura emocional que arrastra, que no es fiel reflejo de la fortaleza interior con la que consigue sobreponerse a la mimetización materna que persigue inicialmente en su trabajo. Y digo inicialmente, porque no es sino el punto de partida para obtener un profundo conocimiento de sí mismo y procurarse una medicina alternativa y propia, que ataque a la raíz de todas sus cuitas y dentelladas emocionales.
La deconstrucción de lo que somos nos lleva a aceptar por qué lo somos y has adónde podremos llegar. A partir del enfrentamiento consigo mismo, Abel Azcona nos preparó para obtener de él lo único que podía objetivamente ofrecer sin perderse en el abismo: su cuerpo y el espacio en el que habitaba. La pulcritud con la que no recibía en la cama es la metáfora de lo que podemos encontrar en esta sociedad hipócrita, que permite la comercialización del cuerpo de una mujer, pero no la libre disposición del mismo por su parte. Así autodefinido como “un error social”, el artista transmitía su más absoluto desprecio a aquellos que no sólo no cuidan de que esos errores no se cometan, sino que colaboran en su ejecución bien activamente o sucumbiendo al ingente interés económico que la prostitución mueve en casi todos los países. Allí estaba todo, lo maravillosamente artístico de esta atrocidad en los ojos de Abel Azcona, que al mirar al participante de “Emphaty & Prostitution”, le mostraba el respeto por la acción que ejecutaba, fuera la que fuera; porque si algo tiene este artista, es la capacidad de hacerte sentir libre de culpa y juicio frente a todo que quieras enseñarle. El terror que tiene a sentir en su interior el eco que toda emoción deja, le llevó a hacerlo a través de un intercambio económico simbólico, que le aportaba la justificación necesaria a la hora de recibir el roce de una mano, el calor de una boca en su cuello o una simple palabra susurrada al oído.
La acción que se desarrolló en esta habitación de hotel, no curó sus heridas, sino que hizo que algunas de las nuestras volviera a abrirse, y fue entonces cuando comprendimos que, de alguna manera, la imposibilidad de sentir que dice tener el artista, debido a su infancia llena de maltrato, abandono y soledad emocional, ha sido causada por el no reconocimiento social de la soledad que todos sentimos y que, paradójicamente, nos lleva a la individualización y la desprotección frente a los errores ajenos. La herencia de Abel Azcona es la postura de su madre, el vacío de su ausencia y la confirmación de ser quien es y reconocerse como tal. Lo que él no sabe, es que su nacimiento supuso la llegada de un mesías renovador, cuyo mensaje, a pesar de la violencia y oscuridad que esconde, es lúcido y próspero, para una sociedad siempre en lucha con sus necesidades básicas y sus moralidades…y que frente a la absoluta falta de amor, bien está su inteligencia.
Luis Cernuda said that desire is something whose answer does not exist. Pain could be one of those non-existent responses, especially the pain of someone who lives with the stigma of their origin as the only thread of their life. Abel Azcona, aware that his life, not his life trajectory, was a mistake made by a prostitute mother and her unknown father, invites us, in "Empathy and Prostitution", to understand that mistakes are always paid, although not necessarily in the first person.
The performative action that I attended, opened and closed a circle of sex in exchange for “no loneliness”, which we all feel at some point in our lives, and which is what I consider, that prostitutes correct, apart from with their bodies, with the company they provide. In addition, I am aware that there is not always sexual physical consummation, therefore, my theory that sex is only one more complement to all the needs that they cover with their work is confirmed. And from there, my daring to give a new name to the “female company”, in search of the link, with the self through another. The artist's reception was nothing but a prologue and epilogue to the pain of living marked forever. The nakedness, stretched and clean of symbolism, with which he presents himself, like a Renaissance painting, shows the emotional fracture that he drags, which is not a true reflection of the inner strength with which he manages to overcome the maternal mimicry that he initially pursues in his job. And I say initially, because it is only the starting point to obtain a deep knowledge of yourself and to seek an alternative and own medicine that attacks the root of all your troubles and emotional bites.
The deconstruction of who we are leads us to accept why we are and where we can go. Starting from the confrontation with himself, Abel Azcona prepared us to obtain from him the only thing that he could objectively offer without losing himself in the abyss: his body and the space in which he lived.
The neatness with which he received us in bed is the metaphor of what we can find in this hypocritical society, which allows the commercialization of a woman's body, but not the free disposition of by herself. Thus self-defined as “a social mistake”, the artist transmitted his utter contempt to those who not only do not take care that these errors are not committed, but collaborate in their execution either actively or succumbing to the enormous economic interest that prostitution moves in almost every country.
Everything was there, the wonderfully artistic aspect of this atrocity in the eyes of Abel Azcona, who, when looking at the participant of "Emphaty & Prostitution", showed him respect for the action he carried out, whatever it was; Because if this artist has something, it is the ability to make you feel free of guilt and judgment against everything you want to teach him. His terror to feel inside of him the echo that every emotion leaves inside, that led him to do so through a symbolic economic exchange, which provided him with the necessary justification when receiving the touch of a hand, the warmth of a mouth on his neck or a simple word whispered in his ear.
The action that took place in this hotel room did not heal his wounds, but caused some of ours to reopen, and it was then that we realized that, somehow, the impossibility of feeling that the artist claims to have, due to his childhood full of mistreatment, abandonment and emotional loneliness, has been caused by the social non-recognition of the loneliness that we all feel and, paradoxically, leads us to individualization and lack of protection against other people's mistakes.
Abel Azcona's inheritance is his mother's position, the emptiness of hiser absence and the confirmation of being who he is and recognizing himself as such. What he does not know is that his birth marked the arrival of a renovating messiah, whose message, despite the violence and darkness it hides, is lucid and prosperous, for a society always struggling with its basic needs and morals ... and that in the face of the absolute lack of love, his intelligence is fine.
In the last stage held at Box13 Space in Houston, within the International Biennial of Performance Art in Houston, the piece was curated by Julia Wallace, along with different responsible people and curators of Houston International Performance Art Biennale, event where artist Abel Azcona was an international guest.
En la última etapa realizada en Box13 Space en Houston, dentro de la Bienal Internacional de Performance Art de Houston, la pieza fue comisariada por Julia Wallace junto a diferentes responsables y comisarios de Houston International Performance Art Biennale, evento donde el artista Abel Azcona fue invitado internacional.
Fotografía Empatía y Prostitución en Houston: Alex Barber.
Photography Empathy and Prostitution in Houston: Alex Barber..