
















«Abel Azcona works, time and again, on what pains him. He confronts his abandonment, reactivating the experience of orphanhood. Azcona always maintains an attitude of rebellion and resistance, challenging what is considered 'correct,' standing up to mediocrity, and embracing the 'ideological interpellation' of abnormality. Those who accuse him of being an extremist are right, especially when he reminds them of the violence they conceal and perpetuate.»
— Fernando Castro Flórez
«Abel Azcona trabaja, una y otra vez, sobre aquello que le duele. Asume su abandono, reactualiza la experiencia de orfandad. Azcona mantiene siempre su actitud de rebeldía y resistencia, desafiando lo “correcto”, plantando cara a la mediocridad, asumiendo la “interpelación ideológica” de la anormalidad. Tienen razón aquellos que le acusan de ser un extremista, especialmente cuando les recuerda la violencia que encubren y potencian».
Fernando Castro Flórez